Es común que los términos “almidón” y “fécula” se utilicen como si fueran lo mismo, lo que genera cierta confusión entre los consumidores. Si bien ambos productos cumplen funciones similares y se usan de manera intercambiable en la cocina, la diferencia principal está en su origen.
En este artículo te explicamos qué son y cómo se utilizan el almidón y la fécula. ¡Seguí leyendo para conocer más!
¿Qué es el almidón de maíz?
El almidón es un carbohidrato que se obtiene de los cereales, como el maíz, el trigo o el arroz. En el caso del almidón de maíz, este se extrae del endospermo del grano, la parte que sirve como reserva de energía para la planta.
Este polvo blanco, suave y sin sabor es un ingrediente muy utilizado en la cocina y la industria alimentaria por su capacidad para espesar líquidos y mejorar la textura de los alimentos.
El almidón de maíz se usa en una gran variedad de recetas, como sopas, salsas y postres para lograr una consistencia más espesa y cremosa. Además, tiene aplicaciones en otros sectores, como la producción de papel, textiles y productos farmacéuticos.
Si querés saber más, en nuestro blog vas a poder conocer todo sobre los usos y beneficios del almidón de maíz.
¿Qué es la fécula de maíz?
La fécula, por otro lado, se obtiene de tubérculos como la papa, la batata, la mandioca o la yuca. A pesar de que en muchos países se le llama “fécula de maíz” al almidón de maíz, técnicamente, la verdadera fécula proviene de raíces y no de cereales.
Sin embargo, en el uso cotidiano y sobre todo en América Latina, ambos términos suelen referirse al mismo producto: el almidón de maíz.
Al igual que el almidón, la fécula es un polvo blanco, fino y sin sabor que tiene un gran poder espesante. Se usa en la cocina de forma similar, sobre todo en recetas que requieren una textura suave y delicada, como cremas, salsas y productos horneados.
También es un ingrediente clave en recetas sin gluten, ya que puede reemplazar las harinas tradicionales.
Usos del almidón y la fécula
Más allá de la fuente de donde proviene, sus usos en la cocina son prácticamente los mismos. A continuación, te mostramos algunos ejemplos de para qué sirve el almidón y la fécula:
- Reemplaza a la harina para hacer recetas dulces, como las tapas de los famosos alfajores de almidón de maíz.
- Espesante en salsas, sopas, cremas y guisos.
- Mejora la textura de postres como flanes y budines.
- Usado en la producción de papel y textiles.
- Ideal para recetas sin gluten como panes y galletitas.
- Se usa en la industria alimentaria como agente antiaglutinante.
En la práctica, ambos productos cumplen funciones muy similares en la cocina y se usan de manera intercambiable en la mayoría de las recetas.
Ahora que sabés que el almidón viene de los granos como el maíz y que la fécula viene de los tubérculos como la papa o la mandioca, vas a poder elegir con confianza el ingrediente que mejor se adapte a tus necesidades.